sábado, 6 de noviembre de 2010

Tarea para clase

El otro día en la clase de El español como lengua extranjera la profe nos dijo que inventáramos nueve frases con este esquema: el adjetivo sustantivo del sustantivo, de el(la) adjetivo sustantivo de sustantivo, del(la) adjetivo sustantivo de sustantivo y así sucesivamente.
Nosotros pusimos:

1.El alegre cerdito del campo
2.De la bonita casa del granjero
3.De la hermosa cosa de Navarra
4.De la ley de campiňa del pueblo
5.Del oscuro castillo de rey
6.Del fantástico mundo de los gnomos
7.Del tenebroso bosque de occidente
8.Del gran huerto de Dios
9.De la maravillosa villa de Alejandro
10.Del espeluznante asesinato del niño

Luego nos mandó escribir en grupos un cuento empleando estas diez frases.
Mientras los demás las estaban copiando, yo, aburridísima, me puse a escribir mi propio cuento.
Aquí os dejo los dos. Sé que son tonterías (qué inteligente pudo salir con unas frases tan estúpidas) pero bueno. Para que os divirtáis un poco.

El alegre cerdito del campo se despertó como cada mañana y se puso a pensar qué iba a hacer. Era un día soleado y daba alegría pasear. Entonces salió de la cbonita casa del granjero donde cada noche se acostaba y fue a dar un paseo. Iba pensando en sus cosas y no se fijaba demasiado en su alrededor. Por eso cuando oyó que alguien le llamaba se asustó.
„Cerditooo!“ dijo la voz desconocida.
„?Quién eres?“ respondió el cerdito.
„Mira arriba, estoy aquí.“
El cerdito alzó la mirada y vio que la que le estaba hablando era una lechuza.
„?Qué haces lechucita?“ le preguntó el cerdito.
„Estudiando.“ contestó la lechuza.
„?Y qué estudias?“
„De todo un poco. Ahora estoy leyendo un libro del país Vasco. ?Quieres que te cuente de la hermosa cosa de Navarra?“
„!Sí! Cuéntame! Cómo es la hermosa cosa de Navarra?“
„Está escondida en los Pirineos. Es una pequeña campiña. Y yo te voy a hablar de la ley de esta campiña del pueblo.“
„?Y qué ley es?“ preguntó el cerdito muriéndose de curiosidad.
„Cuenta una leyenda que antes de que los humanos pisaran ese lugar se encontraba allí el fantástico mundo de los gnomos. Los gnomos vivían en paz, contentos y felices. Por el día trabajaban y por la noche se divertían bailando y cantando. Sin embargo, un día este mundo inocente de los gnomos fue invadido por un niño, soberante y orgulloso. El niño quería compartir la felicidad con los gnomos pero no sabía adaptarse a su modo de vivir y sobre todo no respetaba los ritos de los gnomos. Eso era lo que más les ofendía: que alguien que entró en su mundo y fue aceptado con amor y cariño no aceptaba los principios de la comunidad de los gnomos que existía desde el principio de los tiempos.
Los gnomos influídos por el niño malo poco a poco dejaban de ser buenos, se volvían perezosos y en vez de bailar se divertían bebiendo alcohol y probando todo tipo de drogas.
Una noche el mayor de los gnomos decidió que habría que castigar al niño por haber roto la paz de la comunidad de los suyos. Todos se reunieron y empezaron a planear el castigo.
Cuenta la leyenda que un día encontraron al niño en el tenebroso bosque del occidente que rodeaba el oscuro castillo del rey, hecho pedacitos pequeñitos. Todos hablaron de aquel espeluznante asesinato del niño.”
“?Y qué pasó con el niño? ?Escarmentó?“ preguntó el cerdito todo asustado.
„Claro que sí,“ respondió la lechuza, „Pero un poquito tarde. Al pasar por la hermosa villa de Alejandro llegó al huerto de Dios llamado cielo. Allí se dio cuenta de que su carácter y su comportamiento hacia los gnomos no era nada bueno pero ya era demasiado tarde.“
„!Qué horror!“ exclamó el cerdito, „De hoy en adelante seré más bueno que un cacho de pan para que no me suceda algo parecido. Y prometo que nunca más volveré a entrar a jugar al bosque aquel.“
„Bueno, cerdito, tampoco es para tanto. Con que te comportes bien no te pasará nada.“
Y el cerdito sonrió y con el corazón lleno de alegría se fue a la casa del granjero que ya le tenía preparada una riquísima comida.
(Cuento Amparo)

Esta historia empieza en una época remota, en un lugar apartado del prestigioso condado de Navarra donde vivía el protagonista de nuestro fantástico relato. Carlitos, así se llamaba el chico, era un niño de 10 años y vivía junto a su padre que era granjero. Numerosos animales habitaban la bonita casa del granjero y representaban la única compañía de la solitaria existencia del niño. Carlitos sentía un cariño especial hacia un cerdito al cual él llamaba “Patita negra, el alegre cerdito del campo”. Sin embargo, él sentía la necesidad de jugar con otros niños de su edad, por lo cual a menudo se inventaba amigos imaginarios.
Recorría el pueblo, desde tiempos ancestrales, la leyenda de que en el tenebroso bosque de occidente habitaba una especie de monstruo, por la noche los aldeanos escuchaban ruidos y voces casi humanas, y nadie se atrevía a entrar en el solo.
Un día, durante un viaje con su padre por la alegre campiña del pueblo, se encontró con un grupo de muchachos que jugaban distraídos. El niño intentó buscar su amistad con la mejor de sus sonrisas pero fue rechazado. Cuando ya se marchaba, el grupito, pensando burlarse de él le propusieron un juego cruel. Si Carlitos quería entrar en el grupo debía atravesar el bosque prohibido por la noche y solo. Llegó el momento y el miedo recorría el cuerpo del muchacho. Se armó de valor y se internó en la oscuridad absoluta, no podía ver donde pisaba. De repente, dio un paso en falso y cayó gritando por un agujero que parecía interminable. Su vista pronto se acostumbró a la oscuridad y pudo entonces percibir que no estaba solo, escuchaba vocecitas y veía pequeñas figuras a su alrededor. No lo sabía, pero casi sin quererlo había descubierto el fantástico mundo de los gnomos. De pronto se dio cuenta de que estaba atado de pies y manos. Las pequeñas criaturas empezaron entonces arrastrarlo con una fuerza sobrehumana y después de un tramo de oscuridad apareció ante el un prado verde hermoso, con árboles y el mar, que lo rodeaba todo, era un mundo de fábula. Carlitos fue llevado al oscuro castillo del rey Alejandro, el jefe de los gnomos. Los consejeros del rey debatían qué hacer con el, pero Carlitos no podía entender nada. Finalmente fue llevado a una mazmorra donde pasó la noche. Al día siguiente se encontraba en medio de una procesión de gnomos, recorrió todas las calles de la maravillosa villa de Alejandro, infinidad de aquellas criaturas lo contemplaban entre gritos y vituperios hasta que llegaron a la cima de un acantilado. Tenía enfrente suya una enorme estatua de un gnomo al que las criaturas empezaron a venerar al unísono. Inmediatamente Carlitos se dio cuenta de que algo malo podía pasarle, estaba atemorizado. Los crueles gnomos lo colocaron al borde del precipicio contra su voluntad, pero sus esfuerzos eran en vano, no podía librarse de aquellas ataduras. Después de algunos rezos solemnes varios de ellos se acercaron con una larga vara y empujaron al muchacho al vacío, el mar se lo tragó junto a sus gritos. Después de unos momentos de silencio, los gritos y vituperios llenaron aquel lugar, y los gnomos saltaban y celebraban el espeluznante asesinato del niño.
En el pueblo, la desaparición del niño causó gran conmoción y después de unos días se suspendió la búsqueda.
Carlitos se despertó sobresaltado y aturdido. Miró a su alrededor y escuchó la algarabía que reinaba en el lugar, vio a muchos niños y todos le sonreían. Todos vestían de blanco y estaban rodeados de animalitos. Un gran cartel presidía el lugar, “El gran huerto de Dios”. Una gran alegría llenaba su corazón, nunca más se sentiría solo.
(Cuento grupo)

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